Una escultura para celebrar el amor por los animales
Las mascotas son protagonistas de muchas de las esculturas personalizadas que cada día salen de nuestro taller, con el objetivo de emocionar y conquistar para siempre un pedacito del corazón de aquellos que las reciben. Y es que estos fieles compañeros representan una parte muy importante de la vida de todos aquellos que tienen la suerte de contar con su compañía
Pero no solo ellos tienen un papel fundamental en las escenas que representamos con nuestras obras y en las que se sitúan sus protagonistas. La naturaleza es, en muchos casos, el escenario elegido para inmortalizar esos recuerdos únicos que quedan congelados en el tiempo en forma de esculturas de bronce.
Pues bien, fue a raíz de conocer la excelente labor de La Camada, cuando surgió la oportunidad de colaborar con ellos. ¡No tuvimos la más mínima duda! Enseguida nos pusimos manos a la obra para pensar cuál sería la mejor forma de contribuir a su causa.
La Asociación Protectora de Animales y Plantas de Guadalajara está formada por socios, voluntarios, trabajadores, padrinos y colaboradores comprometidos con una causa: la lucha por los derechos de los animales. La Camada condena totalmente el maltrato y el abandono, y su política es el Sacrificio Cero. Además, como no podía ser de otra manera, fomentan la adopción y la tenencia responsable de animales.
Tras conocer a fondo cómo y para qué trabajan, nos hablaron acerca de la celebración de su festival anual para conseguir fondos. En ese momento sentimos que lo que podíamos hacer por La Camada era colaborar con una donación muy especial: una escultura personalizada en forma de premio para entregar en su próximo evento.
El proceso de creación
Cuando empezamos a diseñar este trabajo, el logotipo de la asociación fue nuestra mayor inspiración. Y es que el diseño está formado por un perrito y un gatito. Ambos personajes transmiten esa simpatía y emotividad que cualquier amante de los animales siente al mirar a alguno de estos seres inocentes que, lamentablemente, cada día son abandonados por sus dueños y que son recogidos con todo el amor del mundo por la Asociación Protectora de Animales y Plantas de Guadalajara.
Así que el logotipo se convirtió en el protagonista del premio que estábamos creando. De ese modo, la circunferencia sobre la que está presentado el logo descansa sobre una peana en la que encaja de forma perfecta y sobre la que se puede leer el nombre de los ganadores del premio. Además, esta pieza sirve de base para que la escultura pueda mantenerse en pie y poder así tener el protagonismo que merece en el espacio en el que sus orgullosos propietarios decidan colocarla.
La empresa ganadora de este galardón fue El Rincón Lento, un local multiespacio en Guadalajara dedicado al consumo responsable (productos ecológicos, comercio justo, reutilización, trueque…), a la difusión cultural (préstamo de libros y de material audiovisual, charlas, proyecciones…) y a la creación de tejido social (tertulias, intercambio de ideas, apoyo a proyectos…). Una iniciativa que busca la transformación social de nuestro entorno mediante una filosofía de vida que valora a las personas, las trata con mimo y atiende a las cosas pequeñas del día a día. Sin duda, una organización con valores tan nobles y mágicos como los de La Camada, que merecía un reconocimiento a la altura de la labor que desempeñan ambas instituciones.
Nuestros valores
En Aere Esculturas creemos en el valor de las cosas que se hacen con mimo, en la sostenibilidad de aquello que dura para siempre y, por supuesto, en el amor que los animales nos aportan cada día sin esperar nada a cambio. Por eso, no dudamos en donar esta escultura para el festival que La Camada organizó con el objetivo de recaudar fondos.
Desde nuestro taller trabajamos por crear obras con alma y llenas de sentimiento que lleguen al corazón. Y no hay nada más emotivo y reconfortante que la fidelidad de esos mejores amigos peludos que nos esperan al volver de una larga jornada de trabajo y con los que compartimos nuestro día a día. Sin duda, una razón más que suficiente para darles un lugar privilegiado en una escultura personalizada junto a sus dueños o, por qué no, dedicarles una en la que solo ellos sean los únicos protagonistas. ¡Porque se lo merecen todo!