Aere EsculturasEl proceso de creación de las esculturas personalizadas
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El proceso de creación de las esculturas personalizadas

Generalmente en nuestro blog hablamos de las historias que hay detrás de cada una de las esculturas personalizadas que salen de nuestro taller. Y es que conocer a los protagonistas de cada una de las piezas siempre nos ayuda a percibir de manera más nítida el alma de la obra. Pero hoy queremos ir un poco más allá: queremos compartir con vosotros cómo tienen lugar estas obras y qué pasos se dan desde el taller de nuestros escultores para conseguir resultados tan especiales. Hoy conocerás un poco más el proceso de creación de nuestras esculturas personalizadas.

Tu idea, nuestra inspiración

No es de extrañar que al tratarse de esculturas personalizadas sea la idea o la intención de quién la encarga la base sobre la que asentamos todo el proceso creativo. Aunque bien es cierto que la mayoría de nuestros clientes tienen claro qué quieren transmitir con la escultura, no tienen tanta seguridad a la hora de definir la forma que tendrá, la distribución o la escena que representará exactamente.

Por este motivo, nos gusta conocer toda la historia: la tuya y la de la persona que va a recibir la obra. Solo de esta manera podemos comenzar a diseñar cada pieza aportándole justo lo que la persona que la encarga busca.

Bocetamos tus sueños

Tras conocer en profundidad todos los detalles sobre la idea que quieres representar en tu escultura personalizada y tras el estudio de la historia que esta quieres que cuente, comienza el verdadero proceso de creación.

En un primer lugar lo único que necesitamos para darle forma a la escultura personalizada es papel y lápiz. Estos dos sencillos elementos nos servirán para dibujar algunos bocetos en los que plasmar cómo serán las piezas que conformarán la escultura e, incluso, la base sobre la que estarán colocadas.

Durante este proceso elegimos también los materiales para la base, los indicamos en el boceto y te lo enviamos para saber tu opinión sobre lo que, en un futuro, será la escultura personalizada con la que has soñado. Una vez que hayas confirmado que el boceto es justo lo que estabas buscando, comenzaremos a dar forma a la obra.

La hora de la verdad

Los escultores de Aere comienzan a modelar a partir del boceto las figuras en cera roja. A esta reproducción en cera, los maestros escultores le añaden unos tubos o ramas llamados bebederos y que son las arterias de alimentación por donde posteriormente pasará el bronce. A las figuras en cera y bebederos se le aplicará unos recubrimientos cerámicos, con el fin de hacer un negativo, ya que la cera desaparecerá para posteriormente ser sustituida por el bronce. Las ceras se introducen en un horno llamado mufla donde al estar expuestas a una temperatura de entre 250 y y 700º durante un largo periodo de tiempo desaparecen. A este proceso se le denomina “fundición a la cera perdida”.

Al mismo tiempo los hornos se encuentran fundiendo los lingotes de bronce. Que posteriormente para a unas cubetas fabricadas en grafito que se llaman “crisol” donde el bronce estará a una temperatura de unos 1100º. Este bronce en estado líquido se vierte sobre las figuras que tenían aplicados los recubrimientos cerámicos, ocupando de esta manera cada rincón y detalle del molde que la cera ha abandonado, adoptando fielmente la forma que el escultor ha moldeado al comenzar el proceso en el humilde bloque de cera roja.

Detalles que marcan la diferencia

Tras liberar la obra llega el momento de estudiar el resultado, de darle los retoques oportunos o matizar algunas zonas en caso de que la pieza lo necesite. Esto, por supuesto lo hacen de forma artesanal los escultores utilizando las herramientas más adecuadas para conseguir los resultados deseados sin dañar la pieza recién creada.

Una vez que la pieza esté perfecta, llega el momento de que pase al proceso de pátina, que no es otra cosa que darle el color deseado. No se hace con pintura, sino a base de ácido y fuego lo que hace que vaya tomando las tonalidades y colores que hacen que le den tanta personalidad a la obra.

Mientras la pieza se convierte poco a poco en todo lo que el cliente ha soñado, vamos realizando de manera paralela las bases y decorados en los que la obra tendrá un contexto único. Estas bases forman parte de la narrativa de la obra y cuentan por si mismas una historia. Las bases pueden realizarse en madera, metal, piedra o resina epoxi y las esculturas quedan unidas a ellos tras un proceso de soldado, de anclaje o con el método que sea más respetuoso tanto para la pieza como para la base que la sustentará.

Finalmente, embalamos con sumo cuidado cada obra para evitar cualquier daño en el transporte y siendo lo más sostenible posible.

Como puedes ver son muchos los procesos por los que la idea de sorprender o agradecer a alguien con una escultura pasa a convertirse en una auténtica obra de arte. Compartir el proceso de creación de las esculturas personalizadas, nos ayuda a poner en valor nuestro trabajo al dejar patente el tiempo y la dedicación que son necesarios para realizar piezas únicas como las que elaboran nuestros escultores en su taller.

Desde Aere Esculturas agradecemos la confianza y la importancia que dais a nuestra labor todos aquellos que encargáis vuestras esculturas personalizadas para obsequiar a esa persona tan especial. ¡Juntos mantenemos vivo el arte!

 

 

 

 

 

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Creamos esculturas con sentimiento, que plasman la historia de cada persona y transmiten emociones, exclusividad y valor.

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