CyM: una gran familia
Cuando decimos que nuestras esculturas personalizadas son capaces de representar recuerdos o relatos únicos, lo decimos porque así lo sentimos. Tan potente es el poder del arte que, en esta ocasión, una de nuestras esculturas ha sido capaz de contar la historia de una familia entera: la familia de María y Celso.
La familia al completo
María quería hacerle un regalo muy especial a su marido Celso. Al confiarle su intención a su nuera Roci, ésta no dudó ni un segundo en recomendarle nuestras esculturas personalizadas ya que ella misma ya nos había encargado dos piezas únicas con anterioridad.
Cuando María acudió a nosotros nos dejó muy claro que, aunque la escultura fuese para homenajear a su marido Celso, la obra no solo debía tenerle a él como protagonista sino que tendría que representar todo lo que él más quería y de lo que más orgulloso se siente: su familia.
Y es que no hay proyecto de vida más emocionante y bonito que el de formar una familia, verla crecer, celebrar juntos los éxitos y apoyarse cuando hay dificultades. Y precisamente todos estos conceptos fueron los que comenzamos a representar centrándonos, en primer lugar, en diseñar la base sobre la que dispondríamos a todos y cada uno de los personajes que componen la escultura.
La base de acero está formada por una gran C y una M, iniciales del matrimonio protagonista de la escultura, a los que situamos a la cabeza de esta a lomos de una motocicleta, pasión que ha unido a María y Celso desde siempre.
Tras ellos, aprovechando los diferentes huecos y formas que se generan al unir la M y la C, encontramos a los hijos de la pareja y a sus familias. Una estampa perfecta que une tres generaciones y que además destaca las aficiones que representan a cada uno de los miembros de la familia. El ciclismo, la lectura, el senderismo y la astronomía, representada de una forma muy especial al perforar la pieza con forma de estrella, son algunas de las escenas que encontramos a lo largo de esta escultura y que componen cada una de las etapas de la vida de Celso y de aquellos que lo acompañan, no solo en la escultura sino en su día a día.
Un encargo histórico
La escultura de esta gran familia ha sido un punto de inflexión en nuestro taller y ha supuesto un reto para nosotros. Se trata de la obra más grande que hemos realizado nunca, no solo por su tamaño, sino también porque es la que cuenta con más personajes.
Además, el mantener permanente contacto con María nos ayudó a ir conociendo un poco más a cada uno de sus hijos y sus nietos, lo que nos permitió darle a cada figura un toque distintivo, reconocible y auténtico. Ocupando un lugar especial dentro de esta familia.
Un cuento perfecto
Eso es precisamente lo que parece contar esta escultura, una obra que narra ante nosotros la historia de María y Celso y todo lo que han sido capaces de conseguir gracias al amor que se profesan y al que sienten por el resto de su familia.
María nos contactó pensando en hacer un regalo a su marido, pero lo que no podía imaginarse es que también iba a sorprender y emocionar a todos aquellos que aparecen representados en la obra. Y no solo eso: también a los que conocen de cerca su historia y saben de la importancia que tiene para el protagonista el que su familia se mantenga unida.
Emociones transformadas en Arte
Las esculturas personalizadas tienen la capacidad de emocionar y de representar no solo un recuerdo concreto, sino toda una vida. Prueba de ello es la secuencia que alrededor de las letras C y M se crea y que transmite a quien la contempla el hecho de que, aunque cada uno de los miembros de una familia desarrolle su propio proyecto de vida, la unión es infinita y eterna.
Crear una a una las figuras que componen esta gran familia de bronce y colocarlas para siempre en la línea de la vida de todos aquellos que forman parte de ella, ha sido para nosotros emocionante. Una prueba más de que apostar por las esculturas personalizadas es apostar por el arte y también por el amor que sentimos por aquellos a los que queremos sorprender. Regalos exclusivos y únicos que emocionan, transmiten y recuerdan ese engranaje perfecto que es la familia.